Continuamos ruta desde Estremoz dirección Soussel. La dehesa extremeña se confunde con el campo alentejano. Los olivos y vides se llevan todo el protagonismo. Hasta que aparecen los alcornoques, recién «pelados» saludan desde los laterales de la carretera.
Es la llamada ruta de los sabores.
Circulamos despacio disfrutando del paisaje hacia Fronteira, remontando el Alentejo por la carretera comarcal. Hasta llegar a Fronteira para dar un pequeño paseo entre azulejos, rejas, casas encaladas, blanco, amarillo, azul..
Salimos de Fronteira dirección Portalegre y el paisaje vuelve a cambiar, ahora son encinas y dehesa salmantina. Hasta llegar a nuestra siguiente parada, el peculiar pueblo de Flor da Rosa. Aparcamos en la Pousada que es otro Parador portugués, un castillo monasterio medieval de la Orden de Malta y Palacio Ducal de diferentes fechas. Flor da Rosa presume de ser cuna de uno de los santos más venerados de Portugal, San Nuño de Santa María.
Ahora sí, enfilamos directos hasta Castelo do Vide.
El tiempo no acompaña y es la hora de comer. Y como en otras ocasiones, preguntamos a los lugareños por un buen sitio para seguir con nuestra cata de bacalao. Nos envían sin dudar a DJONY. (Comer e Beber)
Sopa de verduras para entonar que hace frío y llueve.. Quesos alentejanos y por supuesto bacalao a la parrilla, «grelhado». Un CheeseCake por si acaso, que la tarde se presenta larga y hay mucho que caminar. Vino verde para acompañar y 31,50 euros en un post it.
¡Sensacional!
Al terminar al menos ha dejado de llover y la niebla poco a poco parece que se retira para dejarnos ver la ermita de Nuestra Señora de la Pehna (SXVI) en lo alto de la montaña.
Para hacer bien la digestión remontamos pueblo arriba hasta el Castelo.
Un poco de rosa para alegrar y animar a las nubes..
El Castelo fue mandando construir por el Rey Dinis.
Saliendo del castelo se encuentra el barrio antiguo. Rincones amurallados.
Juego de Tronos
Y nos adentramos en la judería, donde se encuentra la sinagoga más antigua de Portugal que data del siglo XIV. Los judíos llegaron a Portugal tras ser expulsados de España en 1492
Las calles de la judería son tan empinadas como encantadoras. Todas adornadas con flores y muchas pueden presumir de haber sido galardonadas con premios florales.
La casa de Arçadio
También en la judería, la Fuente de la Villa construída en mármol, es del siglo XVI y Monumento de interés público.
Como es habitual en mí, me paro ante cada edifico, y las puertas y ventanas fascinan nuevamente a mi cámara.
A veces me siento observada..
El tiempo no acompañó y aún así vivo en el recuerdo y anhelo volver.
Os espero en el siguiente paseo alentejano, será por Marvao…
Continuamos ruta para adentrarnos en el corazón del Alentejo. Próxima parada Estremoz.
Vamos directos a la Pousada (Parador) de la Reina Santa Isabel, ubicado en lo más alto de la villa, en lo que fue el Castillo de Estremoz construido en 1258 por el Rey Dinis para su esposa, la Reina Santa Isabel. Al estar en lo más alto de la colina, las vistas que ofrece de la ciudad y de las llanuras del Alentejo son un auténtico espectáculo. La Torre del Homenaje domina la ciudad. Además la Pousada-Museo tiene un hermoso jardín y una espectacular piscina. Y en uno de sus laterales se encuentra la ermita de la Reina a la que se accede por una puerta enrejada.. En la misma plaza del castillo se encuentra la Iglesia de Santa María y el Palacio de audiencias del Rey Dinis de estilo renacentista. Un Monumento a la Reina Santa Isabel se alza en el centro de la plaza mirando a lo que fue su castillo. Nos encontramos en la ciudad alta, Alcazaba medieval por la que daremos un pequeño paseo antes de bajar al centro de la capital. Viejas murallas del siglo XII, calles estrechas
y siempre, todo, empedrado..
Una calle principal nos saca de la Alcazaba hacia el centro de Estremoz. El empedrado de la ciudad alta, la que alberga el castillo, es de color negro, sin embargo el empedrado del centro es blanco rosado, hecho con el famoso mármol de Estremoz y mosaicos que lo decoran en negro.
Una larga escalinata nos lleva hacia la ciudad baja, los adoquines se vuelven blancos… La ciudad baja es más moderna y está también rodeada por una gran muralla del siglo XII, declarada Monumento Nacional. Al otro lado de las murallas de la ciudad baja su vista panorámica nos remonta al medievo, si no fuera por algunos coches que nos traen de nuevo a la realidad… Pero volvamos a la ciudad baja de Estremoz. La Iglesia de San Francisco. Se encuentra en una amplia plaza, la de los Combatientes de la II Guerra Mundial. Data del siglo XIII pero fue remodelada en el siglo XVII y por eso su fachada es rococó. El Convento de Nuestra Señora de la Concepción del siglo XVII, fue primero el Palacio del virrey de la India. Su fachada de mármol rosa de Estremoz no se terminó hasta 1967. Hoy en día alberga el Ayuntamiento. Se encuentra en la Plaza Rossio donde cada sábado hay un mercadillo con auténtico sabor portugués. Encontraremos antigüedades y muebles, pero sobre todo, frutas, verduras de temporada, gallinas, gallos, codornices y pavos que la gente compra para sus granjas, flores, quesos alentejanos, embutidos típicos y longanizas, aceitunas… color, sabor, aroma portugués… Las aceras (calçadas) de Estremoz están empedradas, haciendo pintorescos mosaicos que decoran el caminar. Captaron mi interés las puertas de casas y edificios. Puertas góticas, manuelinas y otras más sencillas, pero siempre atractivas para los amantes de la arquitectura y la fotografía.
Y qué decir de edificios, balcones y ventanas…
Bordeamos todo el pueblo para subir al castillo por el otro lado.
Callejando
Pero el momento mágico del día nos lo regaló la puesta de sol desde la Torre del Homenaje o de Las Tres Coronas. El pueblo se rinde 28 metros más abajo ante su imponente majestuosidad y el sol se despide intenso, rojo, bravo, como diciendo, «No olvidéis de mí, que mañana vuelvo»
Un auténtico brindis al sol.
Y para cenar elegimos una típica tasca portuguesa, para volver a tomar bacalao, y en la Gadanha Mercearia nos terminamos de reconfortar con palomitas de caramelo…
Os espero en el siguiente paseo alentejano: Castelo do Vide..
Comienza una tetralogía de posts dedicados al Alentejo. Su belleza y singularidad me obligan a dividir el viaje.
¿Me acompañáis?
A 8 kilómetros de Badajoz y dejando atrás nuestra maravillosa dehesa extremeña, nos adentramos en el Alentejo portugués con primera parada en la ciudad de Elvas. Sus fortificaciones y casco antiguo son Patrimonio de la Humanidad desde el año 2012.
Fundada por los romanos recibió el nombre de Alpesa. Luego los musulmanes la llamaron Yelves. Elvas entró a formar parte del reino de Portugal con Sancho II en 1230. Fue clave estratégica por su cercanía con el reino de España y por ello baluarte en la defensa de la nación. De ahí que sus murallas abaluartadas fueran fortalecidas a lo largo de la historia. Su castillo es Monumento Nacional desde 1906. Fue refundado en 1228 sobre una antigua construcción romana y ampliado durante los siglos XIV y XV.
El Acueducto de la Amoreira fue diseñado por Francisco de Arruda, (una de sus obras más conocida es la Torre de Belem en Lisboa) Su obra comenzó en 1537 y no se terminó hasta 1630. Ocupa casi 8 kilómetros y su altura máxima es de 31 metros.
Entre los monumentos religiosos destaca La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción fue Catedral de Elvas, sede del obispado, y Monumento Nacional, es de estilo manuelino y fue levantada en 1517 sobre el mismo lugar donde estuvieron las ruinas de Santa María de Açougues. Su arquitecto también fue Francisco de Arruda. Se encuentra en una amplia plaza adoquinada al más puro estilo portugués, La Plaza de la República..
En la Plaza de la República se encuentran también la Casa de la Cultura, la Torre del Reloj y el Arco del Reloj.
Singular si duda la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación (Dominicas) del siglo XVI y estilo renacentista portugués. Una sola nave de forma octogal, los azulejos policromos que cubren su interior y la gran cúpula que la ilumina, la hacen muy peculiar.
La Iglesia de Santa María de Alcáçova fue construída en 1230 sobre la mezquita de Elvas de la que hay restos en su interior así como del primer recinto amurallado árabe
Elvas cuenta con un importante patrimonio histórico cultural, tanto en monumentos militares y civiles como religiosos pero callejear por sus rincones es ir descubriendo un sin fin de detalles.
La calle principal del Casco Viejo es la Rua Cadeia que cruza la villa con la ayuda de una fuente y un hermosa calçada portuguesa…
Calles empedradas, puertas y ventanas, azulejos que dan nombres a las calles, plazas, plantas, flores, arcos..
Reconozco que callear mientras observo es una de mis aficiones favoritas.
La parada gastronómica fue en un restaurante recomendado por un lugareño, (son quienes conocen lo mejor de su tierra). Así fue como llegamos al Restaurante Adega Regional. Pequeño, callejero y frecuentado por los habitantes de Elvas, esto es, nada turístico. De entrada típico pulpo portugués preparado a la vinagreta, para continuar una ensalada con queso alentejano y para terminar no podía faltar nuestra primera dosis de bacalao al horno con patatas y cilantro. Para amantes del bacalao, una catedral. Cerveza Sagres para acompañar.. (Con el postre no me atreví)
Viajar por España siempre es un placer para los cinco sentidos. La riqueza que encierra nuestro país va más allá de su historia y nuestra cocina es conocida en todo el mundo. Los viajes gastronómicos son mi pequeño lujo, a veces con amigos, y la mayoría con mi marido. Disfrutamos juntos saboreando los productos de nuestra tierra. Compartimos opiniones, conversaciones y platos. La Comunidad Foral de Navarra y en concreto el restaurante de hoy, es de nuestros favoritos.
A 300 kilómetros de Madrid se encuentra la villa de Cintruénigo. En plena Ribera Navarra, zona conocida por la gran variedad y excelencia de sus hortalizas y verduras, donde el espárrago y la alcachofa de Pontigo, maridan a la perfección con cualquier caldo de las bodegas Chivite.
En Maher disfrutaremos de los productos de la tierra, cultivados en huertas propias y siempre de temporada, de la mano de su chef, Enrique Martinez. Pochas, cardo blanco, borrajas, carne extraordinaria y una gran variedad de pescados. Pero siempre creativo y sorprendente, una cocina de autor con mayúsculas.
La temporada de espárragos acababa de comenzar y pudimos así probar un plato típico de los agricultores. Los espárragos de la plana guisados en su propio caldo y con huevos escalfados. Al parecer los primeros espárragos de la temporada crecen irregulares y por ello no sirven para su venta. De ahí que los agricultores los utilizaran para sus recetas domésticas. Los cocían y al caldo le añadían huevos para que el plato resultara más completo.
En esta ocasión, ya que siempre en Maher es diferente, pude probar los exquistos, finos, jugosos, dulces y elegantes pimientos de cristal, típicos de la Ribera, al aroma de la leña de sarmiento, son tan complicados y difíciles de pelar que se sirven en tiras. A su delicadeza se debe el nombre de Cristal. Desgraciadamente son de complicada comercialización, aunque en algunas tiendas gourmet se encuentran en conserva.
No podían faltar las alcachofas de Pontigo, guisadas con láminas de ibérico y mensillas de cerdo. Casi sin palabras o letras… La finura de este plato es difícil de superar. Pero quisimos probar otra versión de la alcachofa. Y en crujiente sobre espuma de aceite de oliva tampoco era para descartar..
Para los amantes del bacalao, probé esta receta con tiras de borraja…
Y para culminar la cena, la famosa Terrina de foie con polvo de ceniza de oliva.
Es evidente que no llegué al postre. Pero en otras ocasiones pude probar el coulant de chocolate y ahora al recordarlo, se me hace la boca agua..
Para acompañar, Gran Feudo de Julián Chivite y muy buena compañía.
Érase una vez un invierno que tenía los días contados.
Pero nos deja con un paisaje increíble.
Érase una vez Cieza
Érase una vez su floración.
La que podemos admirar en los campos de Cieza.
Su ruta de la floración es de las más bellas de España, ya que combina un sin fin de tonalidades rosas con la floración más blanca. Ciruelos, nectarinas, albaricoques, melocotones, florecen ahora en la Vega del Río Segura.
En la Oficina de Turismo de Cieza nos indicarán las rutas más bonitas para contemplar este espectáculo que se repite una vez al año.
También en esta misma Oficina podremos reservar la entrada a una de las cuevas más increíbles de la comarca.
La Cueva de la Serreta.
Tres plantas de cueva, en la primera pinturas rupestres del neolítico, con su ídolo alabado
En la intermedia, más pinturas, animales, arqueros …
Y una cueva romana, una habitación con vistas…
En la inferior un mirador al cañón que encierra el río Segura.
Un paseo que no deja indiferente a nadie y hoy comparto con vosotros.
A Cieza
Pinchad AQUÍ para saber más sobre la floración en Cieza
Y os dejo también este video del concurso de fotografía del año pasado sobre la floración.
Siempre es un placer volver a Melilla. Podría escribir también eternamente sobre ella.
El año pasado os dejaba un post sobre mi Melilla Intensa. Hoy hablaré de sus mil puertas.
Para miles de inmigrantes, Melilla es la puerta hacia el dorado, Europa, la libertad.
Pero Melilla es sobre todo una puerta hacia la historia de nuestro país.
Una ciudad que habla sola. Melilla habla de asedios, pero también de encuentros. . Sus puertas hablan de conquistas, Rusadir, una tierra de nadie. Estopiñán se llamaba quien abrió la primera puerta de Melilla..
Sus puertas resumen su atravesar inquieto cuando después fue objeto de deseo de los sultanes más ambiciosos.
Sus puertas al Modernismo la convirtieron en la segunda ciudad modernista de España.
Ahora Enrique Nieto observa desde el otro lado su puerta principal.
Sus puertas se abren con romanticismo hacia uno de los parques más bellos de España. Hernández Capitán General de la ciudad propone que una amplia zona destinada a escombros y material de la tropa se transforme en un gran parque para los habitantes de Melilla.
Sus puertas hablan de integración, de culturas unidas, de sabores diferentes y texturas únicas.
Sus puertas se abren inmensas hacia el mar Mediterráneo.
Hacia el infinito.
Para ver más fotos de Melilla, Instagram @CarlaBulgariaRB #MelillaIntensa
Nuestra hoy cronista Madame Bobarín llegó a tiempo a Pontevedra para participar en el primer certamen de PONMO.
El evento subió a la pasarela a cerca de 20 diseñadores y cinco empresas que simbolizan la nueva estela de la moda gallega. ¿Qué hace Bobarín en un certamen de moda vestida del SXVI? Pues demostrar que el humor nunca pasa de moda y de las dos cosas tiene mucho Galicia.
Hemos preguntado a Madame Bobarín sobre el evento:
-¿Le gusta la moda gallega?
Respecto a esto no suelto “prenda”, vamos que no las suelto, no, no, no. (Contestó asida con fuerza a su falda de Alalá Showroom)
Bobarín fue breve y concisa para poder relatarnos en primera persona sus periplos por Pontevedra.
#humor #viajes
A Galicia PONMO por testigo
Lo primero que hice fue darme una vuelta por los stands que había dispuesto PONMO en el Recinto Ferial.
A mi espalda el fotógrafo Marcos Suárez haciéndose el longuis. El fotógrafo colabora en esta ocasión junto al diseñador Yerai Suárez Brandstein.
Marcelo DaBode me ayudó amablemente a montar mi chiringuito aportando ideas; eso se necesita en este país, más iniciativa y menos refunfuñar. Ya está bien de encontrar un problema para cada solución. Gracias Marcelo, sobre todo por tu arte en todas sus formas. Durante los desfiles de la tercera noche Marcelo DoBode emocionó al público cantando a capela, bueno, ayudado por una pandereta. La tradición gallega vibró en la voz de este joven que hizo aflorar más de una emocionada lágrima entre los presentes.
Marcelo DoBode (Yo le llamo Marcelo Lo Borda)
Alegoría
Hice muchas ameigas de las que hablan con el corazón en la mano, yo también lo intenté aunque en una tenía un cigarrillo y en otra un coctel PONMO.
Si señores, me hice fotos a mi misma a lo ego blogger; ya que estaba…
Despues de tomar esta bonita fotografía me hicieron vestir para que el personal no confundiera PONMO con porno, y también -un poco- para no terminar el día en comisaría.
Me habían dicho que en Pontevedra había muchos cañones sueltos, así que me fui a dar un paseo a buscar rapaciños y me encontré con este.
Paseando ufana por el casco viejo de Pontevedra.
Me gusta mojarme -en todos los aspectos- llovía y no había un alma en la calle. Pude disfrutar del vacío peatonal en el lleno urbano que inquieta como un cuadro de David Hopper.
Comí algo bajo la casa de mis sueños.
Y me crucé con un señor que se llamaba Paco.
Terminé en la Plaza de Méndez Núñez dónde me encontré con Ramón de Valle-Inclán, uno de mis escritores preferidos. Me puse muy nerviosa y no supe bien qué decirle…
Creo que me guiño un ojó, pero en ese momento llegó el Marqués de Bradomín – adjunto documento- y Valle-Inclán hizo caso omiso a mis insinuaciones.
Valle-Inclán con su alter ego el Marqués de Bradomín.
Con el corazón un poco roto les dejé a solas para que hablaran de sus cosas que son sólo suyas.
INTERMEDIO
Como la música alegra los corazones al día siguiente me entregué a la gaita cansada de que siempre me la den a mi.
Y encontré a unos simpáticos gaiteros que me aconsejaron que me dedicara a otra cosa.
Ellos si que sabían
Cuando pensaba que no podía amar más Pontevedra encontré algo que terminó de enamorarme por completo. El arte urbano y la comida aunados en una preciosa instalación.
Bajo estas líneas la «instalación de la huerta» que por un momento me hinchó de felicidad pero …
…yo era ajena a la empresa. Y me importó cientos de rábanos porque el estómago ya me pedía justicia. Como la instalación me había abierto de par en par el apetito – una empresa mía esa que nunca cierra- me fui al Mercado de Abastos.
Este mercado llevaba funcionando 50 años cuando en el 2003 fue reformado por el arquitecto Cesar Portela. El edificio destaca tanto por su valor histórico como por su oferta de productos de alimentación de extraordinaria calidad. Doy fe. En la planta baja se sitúan los puestos de pescado, de flores y de carne. En el primer piso están instalados los puestos de verduras, hortalizas, frutas, carnes y quesos, muchos quesos. ¿He dicho quesos?
Mis periplos por el casco viejo de Pontevedra
Con la cesta llena de quesos fuimos a comer a Casa Solla, en el municipio de Poio, una estrella para mi michelin a cargo de Pepe Solla.
Bajo estas líneas: Una ameiga antes de entrar en Casa Solla. La mujer siempre tiene montado un Poio en la cabeza de aquí te espero.
Ya se que soy muy enamoradiza, pero Pepe Solla me cautivó para siempre. Apenas entrar a su restaurante me preguntó si tenía algún problema o alguna alergia -¿y?- me puse a llorar. Nunca un hombre se había ofrecido a solucionarme un problema. ¡Como no tenía alergia a nada, el tío me dio de todo! Pepe Solla superó con creces cualquier expectativa. Terminé pidiendo un sillón para la siesta y para seguir soñando. Mi paladar se refinó en un momento con la rapidez con la que se acostumbra uno a lo bueno. No quiero expresar cuánto lo disfruté porque seguro que van y lo prohiben como todo lo que me gusta. Ya os contaré más al respecto en mi Guía para Disfrutones (de paso me meto una cuña). Porque señores, no apelo a la imaginación de su paladar pero dudo puedan soñar tales delicias.
«En la cocina como en la vida busco la claridad y la esencia» Pepe Solla
«Se me va la olla con la cocina de Solla»Madame Bobarín
Con el estómago lleno de algarabía me retiré a descansar un poco. ¿Y dónde dormía usted? Se preguntarán. o no se preguntarán, pero yo se lo voy a contar.
Una vez en el centro de Pontevedra saliendo hacia la derecha del puente del burgo, y subiendo por la calle del Barón, llegué a la Casa do Barón, edificio del siglo XVI, y actualmente Parador de Turismo. ¿Voy a dormir aquí? ¿Qué he hecho yo para merecer esto?
Estos pensamientos me invadieron una décima de segundo, luego decidí relajarme y disfrutar que es lo mío.
No sé si soy bien nacida porque me escurrí al nacer y me rompí en mil pedazos, aunque luego me pegaron, pero el agradecimiento que siento hacia todos los culpables de este primer certamen de PONMO no me cabe en el pecho, no sabría entregar con estas manos lo que mi corazón encierra.
Gracias a Carlota Román Concejala de Promoción Económica y Turismo y a todo el equipo de PONMO por robar mi corazón y obligarme pues a volver para recuperarlo. Iria Viñas , Carmen Camba, Paula Bouzas, María Piñeiro, María Rey, Mateo Villaverde, Javier Arnau, Marcelo DoBode, Rosanna López Salgueiro y gracias a México DF por dejarnos a Sonia Formoso. Ya de camino al aeropuerto os echaba de menos. ¿Se puede querer en tan poco tiempo? Si señores, bien se puede donde los corazones son alegres y las miradas sinceras. Lo dicho, gracias por ser.
El hecho de disfrutar del éxito de los amigos se engrandece cuando ese éxito es compartido con otros emprendedores y creadores a quienes no conocías pero cuyo trabajo bien merecía un viaje a Pontevedra. A ello le sumamos la posibilidad de descubrir una de las ciudades más bellas de España, que desde luego a mí me ha enamorado y a la que espero volver muy pronto. La organización de todo un fin de semana ha sido perfecta, los nuevos amigos que hemos conocido, la gastronomía y el alojamiento exquisito en el Novavila rias Baixas.
En la primera edición de Ponmo, Diseñando con papel by Patrisse, Baiona Vintage, Farmacia Herreros, Madame Bobarín, Marcelo Do Bode, Marcos Suarez, Yeray Suárez, Luz Lualla, Sweet Paripé, La Abuela Martina, Alfo Baldier, Vía Barbarani, Petunia…El premio a la mejor colección noveles fue para Mónica Guillán y a mí me gustó especialmente el de Sandra Fuente.
Desfile Ponmo de Gonzalo Vázquez Desfile Ponmo de Hipotenûsa Desfile Ponmo de Alalá Costura
Amigos Ponmo, Alex y Alfredo de Alalá con Esperanza Kahle de Dvelas Proyect. El equipo Ponmo, Madame Bobarín, Maite Etiam y uno de los guapísimos modelos que desfilaron. Almuerzo en Casa Solla, una estrella michelin a cargo de Pepe Solla. Inolvidable la merluza. Mil gracias Alojamiento como en casa. NovaVila Rias Baixas y la familia Vilanova. Gracias a Javier y Jose Luis y toda vuestra familia por hacernos sentir tan especiales. In Love with Pontevedra
Un fin de semana inolvidable gracias a la iniciativa y el apoyo ofrecido por el Ayuntamiento de Pontevedra y la Fundación Pública gallega para la Formación y el Trabajo.
En este periodo de cambio es fundamental que las instituciones ayuden a los emprendedores a mover y promover sus negocios. España está repleta de creatividad con grandes ideas y pocos medios.
Desde aquí mi enhorabuena a la iniciativa Ponmo en esta su primera edición.
Podéis seguir todo lo acontecido en Ponmo pinchando AQUI
En el libro La Fórmula Femenina, tanto Clorata de Potasa como yo hablamos de la gastronomía en varios capítulos, con uno dedicado en exclusiva. Y es que sinceramente creo que las personas que disfrutan comiendo son muy felices. Y no sólo eso, sino que encuentran en la gastronomía un momento importante para añadir a sus dosis de alegría.
Las vacaciones en general, el ocio y el tiempo libre, nos permiten disfrutar de muchos de estos momentos que yo llamo para recordar. Y ahora, a semanas ya de la vuelta, comienzan los buenos recuerdos.
Compartir en pareja, en familia o con amigos la delicia de las materias primas de España, un país para comérselo, com bien dice mi admirado Juan Echanove.
En Madrid descubrí un nuevo restaurante, Tengo, en la calle Juan Bravo, 41. Cocina de mercado, tan sencilla como unos huevos fritos con piparras. Puede ser que lo que tengan hoy, no lo tengan mañana. Pero en Tengo todo es para ¡repetir!
En Santoña, no faltaron las anchoas de Berto, las sardinas asadas, el bonito, los tomates, percebes del país ni el delicioso queso picón. Las meriendas de chocolate con churros de la Plaza de San Antonio ni las rabas de El Central..
En Lasarte tuvimos una cena con buenos amigos en Martín Berasategui. Fue la concesión al lujo gastronómico de las vacaciones. Martín además de gran amigo, tiene sus bien merecidas tres estrellas michelin y acudir a su casa siempre es una experiencia inolvidable.
En Cabo de Palos, me entregué a los michirones de La Casita, a las tortitas de camarón y los buñuelos de bacalao, el chorizo al vino blanco o el rabo de toro de La Taberna Murillo, el caldero de El Mosqui, el arroz con verduras de la gasolinera de Cala Flores. Los desayunos de tostadas con tomate y aceite siempre en compañía de mi hijo pequeño en el Miramar.. El chocolate del maestro chocolatero Angel Uran en la churrería del puerto…
Taberna Murillo Los Belones
¡En La Fórmula Femenina seguiremos hablando de comida!
Salimos de Fronteira dirección Portalegre y el paisaje vuelve a cambiar, ahora son encinas y dehesa salmantina. Hasta llegar a nuestra siguiente parada, el peculiar pueblo de Flor da Rosa. Aparcamos en la Pousada que es otro Parador portugués, un castillo monasterio medieval de la Orden de Malta y Palacio Ducal de diferentes fechas. Flor da Rosa presume de ser cuna de uno de los santos más venerados de Portugal, San Nuño de Santa María.
Ahora sí, enfilamos directos hasta Castelo do Vide.
Sopa de verduras para entonar que hace frío y llueve.. Quesos alentejanos y por supuesto bacalao a la parrilla, «grelhado». Un CheeseCake por si acaso, que la tarde se presenta larga y hay mucho que caminar. Vino verde para acompañar y 31,50 euros en un post it.
Para hacer bien la digestión remontamos pueblo arriba hasta el Castelo.
Como es habitual en mí, me paro ante cada edifico, y las puertas y ventanas fascinan nuevamente a mi cámara.
A veces me siento observada..
El tiempo no acompañó y aún así vivo en el recuerdo y anhelo volver.
Desfile Ponmo de Gonzalo Vázquez 
Desfile Ponmo de Hipotenûsa 
Desfile Ponmo de 
Amigos Ponmo, Alex y Alfredo de Alalá con Esperanza Kahle de 
Almuerzo en 
Alojamiento como en casa. 
In Love with Pontevedra
La Fórmula Femenina 