Ramón Freixa ha creado para la Maison Dior un Menú degustación homenaje a Christian Dior. Si suena bien, sabe y huele mejor. Estará en la opción de menús del gran chef hasta el 15 de noviembre.
Christian Dior fue un genio de la costura, esto lo sabemos todos, pero además era un gran gourmet y todo un artista de los fogones. ¿Lo sabíais? Disfrutaba de la cocina porque le permitía reunir a sus amigos y agasajarles..Así compartía con ellos momentos inolvidables, como inolvidable será este menú.
Tan conocida era la afición de Dior a la cocina que cuando su amigo el chef de plaza Athénée se fue a vivir a Caracas, se despidió del modisto con un menú de 8 platos.
Hoy a través de 8 perfumes míticos de la casa Dior, Freixa se recrea y nos deleita.
Una vez elegida esta opción en su restaurante de Claudio Coello, nos traen un sobre que contiene 10 postales. Una por cada perfume interpretado, donde además nos cuentan la historia culinaria de Dior, y dos explicando el contenido gastronómico.
El menú comienza como no podía ser de otra manera por el origen: La piedra mimética, el liquen interpretado con seta liquen y ficoide y lascas de salchichón de Vic que refleja el origen catalán del autor. Eau Savage es la primera fragancia masculina que dior creó en 1966. Fue revolución y se convirtió en un gran clásico.
La Elegancia definió al maestro y Miss Dior fue el perfume que creó para agasajar a las clientas de su primer desfile en 1947. Freixa lo interpreta con un suave algodón de azúcar decorado con flores y papel comestible con la clásica pata de gallo de la firma francesa, impregnado con aroma Miss Dior. ¿Puede haber algo más delicado?
Dior Homme, la audacia vanguardista de la Maison, es recreado por Ramón Freixa con un plato impactante como arriesgado es el perfume. Un mar y montaña casi salvaje. Royal de foie, cigala, mojama fina, bosque de setas en madera y si hay algo que se identifica con la virilidad, -el gallo-.crestas de gallo para que no quepa la menor duda.
Si el hombre y la mujer se complementan, el menú también lo contempla. De la masculinidad del plato anterior, pasamos a la feminidad es estado puro. J´Adore y un bouquet de oro. Tartar de ostra con velo de vainilla, lasca de manzana dorada, alveolos de mandarina y perla de rosa. Formas sutiles fundidas en aromas de belleza.
Sube la temperatura y llega Fahrenheit. Transgresión incandescente. Cuero y violetas se dan la mano. Burger de pato con helado de mostaza a las finas hierbas, ketchup ahumado, vainilla, brick de cacao y cuero. Al igual que las arriesgadas creaciones de Dior, el resultado es atrevido, rompedor.
Si sube la temperatura nada mejor que viajar al Mediterráneo. Dior fue un enamorado de Italia, murió en Montecatini Terme en 1957. Así pues hacemos Escalè à Portofino con un lenguado meunière, dado de cidra, almendra, gel cítrico, mantequilla de azahar y todo decorado con un spaguetti, frescor mediterráneo y esencia italiana.
Llegados a este punto, entregados a la creatividad de Freixa y rememorando la vida de un genio, me siento fascinada, feliz, enganchada. Pero es una adicción confesable como Dior Adict. Ramón explica que su adicción a voces es el socarrat, que acompaña con bogavante, pies de cerdo, jugo de carne y esencia de mandarina, jazmín, sándalo…Aromático por excelencia.
Poseídos por un hechizo, envenenados de tanta pasión. El postre, sublime. Poison. Panna cotta de chocolate, pompas de haba tonka y una mini manzana roja como guiño a BlancaNieves.
Nadie mejor que Ramón Freixa, mago de la cocina, para llevar a cabo el reto de rendir homenaje a Christian Dior. Dos genios, dos apasionados de la gastronomía, dos amantes de las fragancias. Dos hombres que nos hacen felices.
«Los ingredientes en la cocina son tan nobles como en la costura» Christian Dior
* El Menú degustación DIOR no incluye los perfumes originales que han sido utilizados para ambientar las fotografías e ilustrar los diferentes platos.
Es nuestro restaurante familiar. No porque pertenezca a la familia, sino porque a El Castrejón de Cebreros nos gusta ir en familia, a veces también con amigos, cuando los fines de semana vamos a desconectar a esta villa de Ávila.
Cebreros es ruta para los amantes del motociclismo. Rodeado de verdes parajes, valles como el de Iruela, sierras y lugares para perderse entre piedras, árboles y pastos de vacas.
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