La Semana Santa es junto con la Navidad uno de los momentos más importantes del calendario cristiano. Las vacaciones en estos primeros días de la primavera son muy bien recibidas, para unos serán días de descanso, para otros las procesiones y pasos marcarán las pautas diarias. Nosotros hemos aprovechado para visitar a mis suegros en Bulgaria. Los niños disfrutan mucho con sus abuelos a quienes no pueden ver todo lo que les gustaría.
Pero el domingo de Pascua nos gusta celebrarlo en casa. Desde pequeña he disfrutado mucho de éste día, probablemente el día más dulce. Ahora me gusta que mis hijos continúen viviendo esta tradición. Los dos mayores son ahora quienes me ayudan a esconder los huevos, y Tirso junto a su mejor amigo son los protagonistas.
En la calle, en el jardín, en el garaje, cualquier rincón vale para alojar durante unos minutos esos huevos de chocolate empapelados en brillantes colores y que tanta ilusión hace encontrar.
Después continuamos el día pintando huevos duros. Desde comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento. También para la Iglesia Católica el huevo significa hombre nuevo y nacimiento, (resurrección)
La tradición en la Iglesia Católica dicen que se remonta al siglo XVIII cuando durante la cuaresma no se podían comer ni carne ni huevos. Se bendecían los huevos duros y pintaban de colores para tomarlos el domingo de Resurrección. Los colores luminosos hacen referencia a la primavera.
El conejo de Pascua representa también la fertilidad, en la época fenicia era asociado a la diosa Astarté a quien se dedicaba el mes de abril y la llegada de la primavera. Pero además cuenta una leyenda que cuando enterraron a Jesús en el Santo Sepulcro, había un conejo esconcido dentro que no entendía porque la gente lloraba tanto por aquel hombre. Al resucitar Jesús, el conejo comprendió que se trataba del Hijo de Dios, y quiso contar la buena nueva a todo el mundo, pero como no podía hablar pensó que regalando huevos de colores la gente comprendería su mensaje de nueva vida, esperanza y alegría. Desde entonces el conejo sale cada domingo de Resurrección para regalar huevos de colores a los niños. Los regalos en el interior de los huevos de chocolate representan la grata sorpresa que significa la noticia de que Jesús ha resucitado. Y como en casa hay un precioso conejo blanco, él también tiene su misión y su gran momento..
Así pues y continuando con esta tradición que ha pasado durante siglos de padres a hijos, la cocina de mi casa se tiñe de colores. Pero no solo la cocina, también nuestras manos, delantales…
Al terminar, colocamos los huevos en cestas y los repartimos entre amigos y vecinos. Pero también los amigos envían huevos o imágenes de Pascua. Para mí es precioso recibir estos regalos ya sean en forma de chocolate o de fotografía. Como cualquier otro regalo significa que alguien se acordó de nosotros en un día especial.
¡Gracias a Julia y a Juana por vuestros dulces y apreciados regalos de Pascua!
También agradecer a Anuka y a su hija que es toda una artista por enviarme su elaborado trabajo.
El domingo de Resurrección es un gran día, no sólo por su significado religioso para los católicos, sino también porque en casa nos encantan el chocolate y la pintura.
Feliz primavera
Y si queréis virutear en directo, el 29 de marzo en Habitat, será posible.
La Fórmula Femenina 